WALTER SCHEIDEL: EL GRAN NIVELADOR

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Esta entrada está relacionada con el libro que he estado trabajando durante este cuatrimestre. Esta obra es "El Gran Nivelador", de Walter Scheidel.

El libro analiza la historia de la desigualdad desde la Edad de Piedra, haciendo referencia incluso a etapas anteriores a la existencia humana, hasta nuestros días.

Para Scheidel, la desigualdad es resultado de la acción de "los 4 Jinetes del Apocalipsis", metáfora que es el hilo conductor de toda la obra y que se corresponde con: guerras, quiebras estatales, revoluciones y pandemias.

La tesis principal que defiende el autor en su libro se manifiesta a lo largo del mismo, llevándonos siempre a la misma conclusión: sin la acción de estos jinetes nunca se ha podido reducir la desigualdad, por lo que sin violencia y grandes derramamientos de sangre no podremos conseguir una sociedad y un mundo más igualitario.

Para defender esta tesis, Scheidel usará ejemplos con datos contrastados que ponen de manifiesto que su visión pesimista es correcta, evidenciando a otros autores como A. B. Atkinson, ya que en su libro “Desigualdad, ¿qué podemos hacer?” defiende que con independencia, autoridad y voluntad política podemos lograr el cambio. Es más, al final de la obra integra un párrafo titulado como “motivos para el optimismo” en el que nos da motivos para compartir su visión optimista basada en que, si estamos dispuestos a renunciar a nuestras grandes riquezas para favorecer la igualdad, tenemos motivos para ser optimistas. Sin embargo, en contraposición a esta idea Scheidel mantiene en su obra que los grupos influyentes y que poseen la mayor parte de riquezas seguirá acumulándola y no querrá renunciar a sus grandes fortunas para ayudar a los que menos tienen. 

Además, a cualquier medida que se pueda pensar para solucionar este gran problema, Scheidel le busca la parte negativa y encuentra la forma de que no parezca tan buena idea. Por ejemplo, una de las medidas propuestas que es fomentar la educación lleva a la conclusión de que habrá exceso de población cada vez más calificada y que finalmente ninguno logrará prosperar porque no habrá empleo suficiente para todos. Por ello, la igualdad se disminuiría aún más.

Esto nos hace pensar que puede que Scheidel tenga razón y que quizás necesitemos una nueva sacudida violenta cuando alcancemos un punto en el que sea imposible controlar la desigualdad. O quizás puede que esa sacudida la provoquemos nosotros mismos cansados de la situación a través de una revolución.
Por otro lado, la desigualdad se reduce a costa de que todos empobrezcamos, así que debemos plantearnos si esto nos valdría la pena.

Todo son hipótesis, aunque a mí me gusta ser más positiva y confío en que desde la sociedad podamos solventar este problema adquiriendo todos los valores solidarios y ayudados por los gobiernos para que regulen la situación.

Quizás ninguno ni Scheidel ni el resto de los autores que hablan sobre estos temas tengan la verdad absoluta y la solución sea una combinación de todas ellas o incluso algo que aún nadie haya propuesto o pensado.

¡Si te gustan estas visiones y temas, no dudes en leer esta magnífica obra que te apasionará!


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